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Camino de 1998

sin aire

Me pregunto si rajar, explotar y sacar fuera lo que llevamos dentro, algo que se suele decir que es bueno, no será en realidad peor. A mí me pasa que a veces racionalizar y expresar los sentimientos es como lanzar una bola de nieve: a partir de que empieza a rodar, no deja de crecer. Me ha pasado con sensaciones buenas, y también malas.

Pero es que a veces me da la sensación de que algo falla cuando me rodeo de gente que no tiene empacho en decirme día y noche las cosas que hago mal. Todos mis defectos, todas mis tendencias, todos mis problemas me los listan, me los machacan, me los repiten. No es casualidad, sino que debe de haber algo que hago mal. Cuando alguien me señala un defecto nunca lo discuto, ni lo rebato. Aguanto, aguanto, aguanto. No peleo, ni guerreo, ni "voy a juicio". Me lo trago, lo acepto, me excuso... El caso contrario es Almu: siempre que le señalas un defecto se revuelve y hace y dice lo que sea con tal de no aceptarlo. Me parece una exageración, pero a cambio no la machacan tanto como a mí. De hecho, los que la machacan se cansan y dejan de hacerlo. Y ella, tan pancha. Yo en cambio, claveteado todo el día.

Pues sí, algo pasará para que mis hermanas, mis padres, Monica, Alicia y tantas otras personas no tengan problema en soltarme mis defectos a la primera de cambio. Y estoy harto. Yo no le digo a nadie lo que tengo que hacer, pero nadie se priva de decírmelo a mí. Yo no le señalo a nadie sus defectos, pero todo el mundo me los marca a mí. Y yo, sin defenderme, sin protestar, y encima me creo que tienen razón, que lo que me dicen es verdad, que lo que hago está mal y que mis decisiones son equivocadas. Me he acostumbrado a asumir el error como mío, a rechazar el pensamiento positivo, a dudar de mis méritos y mis gustos, a intentar hacerlo todo como los demás quieren que lo haga. Así voy, temeroso, tímido, sin estilo propio, desorientado y con tendencia a caer al primer soplo de viento. Esta gente a veces consigue hacerme sentir un gusano. A veces pienso si es envidia, y que una pieza como yo es muy valiosa para tirar al fango, porque soy y tengo cosas que ellos ni son ni tienen, y eso no se puede permitir.

Lo mejor de todo es que a mí me vigilan, me controlan, me critican... pero esas personas hacen lo mismo. Me dicen que bebo mucha cocacola, o que como mucho, pero esa gente engorda mientras que yo adelgazo, y fuma, cuando yo ya no lo hago. Me echan en cara cualquier queja o gesto que hago, y ellos se ceban conmigo. Me sueltan cosas increibles pero yo no puedo ni toser. Así, me he vuelto un paranoico. Lo sé. Siempre estoy preocupado porque lo que hago, aunque a veces no entienda el motivo, sé que acabará molestando a alguien. Y además muchas veces me da la sensación de que esas personas están deseando que me equivoque para poder decírmelo.

Pero bueno. Dos semanas no son muchas. Aguantaré. Necesito salir de aquí y ver qué puedo cambiar para evitar que esto pase en el futuro.

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