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Camino de 1998

la nostalgia que no cesa

Fiel a mi tradición de organizar despedidas a base de cenas con mis "ex", hoy he quedado con la "única". Por supuesto, ha sido una inmersión absoluta en 1998. Ella simboliza todo lo bueno de aquel año, principalmente porque ella fue el eje sobre el que giró todo. Ella es... ¿He hablado antes de ella? Decir que es perfecta suena típico y tópico, y sin embargo no lo es. Podría describirla durante horas, pero a mí no me hace falta, y si alguien lee esto le va a dar igual. Basta con que diga con que hoy, pasados ya cinco años, sigo enamorado de ella, sigo respirando por ella, y sigo buscándola a ella, en ella misma o en cualquier otra.

Decía Pilar que le dejase caer algo, pero me veo incapaz de romper este hechizo. Primero, porque no noto nada recíproco por su parte. Bueno, a ver, si ella no quisiera quedar no lo haría, bla bla bla. De acuerdo. Hemos pasado más de dos años sin contacto, y si yo le incomodase no nos veríamos. Pero de ahí a que haya "algo" va un trecho. El trecho que separa Madrid y todo lo demás. Es decir, tal vez si viviésemos en la misma ciudad las cosas serían distintas y tendría mi tan anhelada segunda oportunidad. Pero el caso es que no es así. Hemos recuperado una amistad y el contacto (aunque sea más por messenger que cara a cara) y no quiero estropearlo. No sé si "emito", ni si ella "capta". Si lo hago, y lo hace, no lo deja traslucir. Ella siempre ha tenido más corazón que yo, pero también más cabeza. De momento, sigo en órbita. Sólo que es difícil navegar cuando se sabe que ella existe, que fue mía y que fuí yo (no ella, ni la distancia, ni nada o nadie más; sólo yo) quien acabó con la relación más maravillosa que he tenido, la única que creo que podría haber durado. Es difícil y duro.

Cuando estoy bien (casi todo el tiempo) pienso que si hemos de volver a estar juntos, lo estaremos; que las cosas son como tienen que ser; que todo tiene un significado y una razón; que el mar está lleno de peces, y que ya llegará la que me haga sentir lo que sentí (¿siento?) por ella. Pero ahora no puedo dejar de pensar en lo maravillosa que es y en lo estúpido que soy. Y todos esos rollos me parecen patochadas sin sentido. Todo tiene una razón de ser, las cosas pasan por un motivo. Pero, y si voy conduciendo por una carretera, tranquila y suavemente, y de pronto pego un volantazo y me estrello contra un árbol, ¿eso es el destino? ¿pasa así porque tenía que pasar así? Creo que no. Creo que es lo que tiene el libre albedrío: es un coche con volante, no un tren sobre raíles. Iba por el camino y me salí. Esto no es un recodo del camino: es el páramo que lo rodea.

Así que aquí sigo, purgando mis culpas. Ahora lo hago en silencio - ya no quiero aburrir más a los que me rodean, a los que están lejos, a los que me conocen y a los que no me han visto nunca... a todos, vamos - con estas cosas que tan mal me lo han hecho pasar. Sé el error que es mirar al pasado y quedarse anclado en él. Sé que es incoherente decir esto cuando he saltado de flor en flor, me he vuelto loco por varias chicas y aún mañana me iré a cenar con Ali y pasará lo que tenga que pasar. Supongo que, como decía antes, la busco a ella en todas y no la encuentro en ninguna. Sé que este dolor ya sólo es un residuo del que fue, del que no me dejaba dormir, sólo un eco que tal vez me ayude a recordar y evitar errores del pasado, pero sin bloquearme para le futuro. Lo sé. Pero también sé que ella está, que existe, que vive y respira; y me pregunto si la vida es así, si ella era la única y la perdí, o si no es la única, o si ya volveré con ella, si es que de verdad era la única.

Querría ser hechicero y ver lo que piensa y siente por mí. No lo sé. No oso ni a imaginármelo. Incluso he sacado aquella maldita bola mágica que usé con Monica, pero por suerte ha fallado. Hoy soy más pragmático que antes y no me vuelvo loco, ni pierdo la cabeza, ni me lanzo si no hay agua. No sé si eso es mejor o peor, pero es lo que es.

En cualquier caso, no estoy mal. Sólo que mañana estaré mejor. Y ya tengo otras imágenes y recuerdos que bloquear: su cara, su sonrisa, sus manos, sus ojos... ella. No pasa nada: cada día soy mejor bloqueando. Un bloqueador de primera.

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